sábado, 7 de junio de 2008

Huelga en la Unison

Redacción Caracol

El 25 de abril del 2008 el Sindicato de Trabajadores y Empleados de la Universidad de Sonora entregó las instalaciones de la institución después de veintidós días de huelga.

El clima durante todo el proceso de huelga, fue de incertidumbre y falta de transparencia. Vimos torpezas y perversidades por parte de las autoridades universitarias, del gobierno del estado y del sindicato.

La falta de ánimo político de parte de rectoría para atender las demandas de los trabajadores desde el principio del ciclo de revisión contractual, desencadenó la serie de eventos que culminaron con el estallamiento de huelga.

Errores del sindicato

El STEUS cometió errores en la forma de llevar a cabo el emplazamiento a huelga. Por cuestiones internas, el máximo orden de decisión en el sindicato es la asamblea general de representantes. Pero el emplazamiento a huelga sólo apareció firmado por la secretaria general, Dorotea Razcón y, en los documentos anexos, la decisión aparece ratificada por el Congreso del STEUS nunca por el verdadero organismo de decisión. Estos errores dieron pie a las autoridades universitarias para alegar sobre la falta de personalidad jurídica de la secretaria general.

El error era evidente desde el 28 de enero; el sindicato, rectoría y la Junta de Conciliación y Arbitraje (JCA) lo sabían, sin embargo la audiencia incidental para tratar ese problema fue programada por la JCA casi dos meses después, el 24 de marzo.

En el tiempo intermedio, las negociaciones iban por mal camino y la JCA no podía servir de intermediario debido a que tenía que resolver antes las irregularidades en la documentación del emplazamiento.

Cinismo de la JCA

En la audiencia del 24 de marzo, la JCA, después de haber tenido en sus manos por más de un mes la documentación completa del emplazamiento a huelga, se reservó el derecho de dictar una resolución.

Llegado el día del vencimiento, el 3 de abril, llegó a manos del sindicato la notificación de que la Junta fallaba a favor de rectoría, declarando la falta de personalidad cuando la huelga era un movimiento social inminente. Esto demuestra la falta de seriedad de la Junta con respecto al problema laboral en la universidad y para con las familias y estudiantes afectados.

La no-huelga

Al proceder la excepción de personalidad la huelga quedó nula en términos legales. El sindicato estalló una huelga de hecho, soportada en la solidaridad sindical y en la dignidad y entrega de los trabajadores.

Surge así un sindicato unido que supo pelear sus derechos a pesar de las torpezas de su dirigencia.

Participación estudiantil

En los comienzos del STEUS, los estudiantes formaron parte integral e importante para la consolidación del contrato colectivo y del sindicato en sí.

El STEUS se apoyó en la conciencia social de los estudiantes de aquella época para estallar en huelga el 11 de marzo de 1976, huelga que, como la de este año, no tenía reconocimiento legal, pero que salió adelante gracias al apoyo social y la convicción de los trabajadores que la protagonizaron.

Esa historia de objetivos comunes y de solidaridad entre estudiantes y empleados no se repitió esta vez. Los estudiantes se encuentran alejados de los conflictos laborales y de las discusiones políticas tanto al interior como al exterior de la universidad.

El pequeño brote estudiantil que se interesó en abrir los ojos y entender que era lo que estaba pasando con su escuela, y no solo eso, sino con su comunidad, representa sólo una recuperación de aquella tradición de solidaridad y no hace justicia a aquella generación de luchadores incansables.

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