jueves, 21 de febrero de 2008

Encuentro de las mujeres zaptistas con las mujeres del mundo


Y entonces pensaron que ellos mismos van a hacer ese mecapal y entonces se tomaron las manos y se hicieron como un mecapal de hombres y mujeres y la agarraron la luz y la empezaron a llevar poco a poco hasta su pueblo”

Subcomandante Insurgente Marcos


Ismene Figueroa López

En febrero, nombrado mes de la traición por los zapatistas, se cumplen doce años de la firma de los acuerdos de San Andrés, olvidados por la clase política y el gobierno, pero no de la memoria de las comunidades indígenas zapatistas que siguen en movimiento por la vía pacífica.

Han declarado sus territorios autónomos y están organizad@s en cinco caracoles dirigidos por igual número de Juntas de Buen Gobierno que ell@s eligen.

Sin esperar nada del gobierno, ese mecapal de hombres y mujeres siguen de pie, unen sus manos y ejercen su autonomía sin pedir permiso.


La Comandanta Ramona y las zapatistas


Así, con todo en contra, mantienen su resistencia creando espacios rebeldes, para rescatar la historia, para no olvidar y organizarse.

En este contexto convocaron a la Sociedad Civil e Internacional a movilizarse al Tercer Encuentro de los pueblos zapatistas con los Pueblos del Mundo, que se realizó en el Caracol “La Garrucha”, en Chiapas, del 28 de diciembre al 30 de diciembre, nombrado “La comandanta Ramona y las Zapatistas”.

Este encuentro fue especial. Distinto de los anteriores. Porque por primera vez se organizó por y para mujeres, reconociendo la importancia de su participación en la lucha zapatista y en homenaje a una de las más destacadas, la comandanta Ramona que murió el 6 de enero del 2006.

Al llamado acudieron personas de todas partes: Francia, Nicaragua, Alemania, Argentina, Guatemala, Corea, España, Italia, Brasil, Ecuador, por nombrar algunos países, y por supuesto de México.

Sólo “ellas” tenían la palabra en esta ocasión. Ahora les tocaba dar su punto de vista, sus vivencias en la doble lucha, de romper los roles sexistas y resistir en el movimiento zapatista.

Los hombres, sus parejas, se encargaron de las labores domésticas durante esos días, cargar leña, limpieza, cuidar a l@s niñ@s, hacer comida.

Mujeres indígenas tzeltales, totziles, tojolabales, choles, zoques y mames, con sus rostros cubiertos por los característicos pasamontañas tomaron su principal arma de lucha: la palabra. Todas zapatistas, con algún cargo de representación dentro de sus comunidades y en “la Otra Campaña”.

Desfilaron por los paneles comandantas, insurgentas, promotoras de salud, consejas municipales, miembras de las Junta de Buen Gobierno, bases de apoyo, integrantes de la Comandancia General del Comité Clandestino Revolucionario Indígena. Los cinco caracoles estuvieron bien representados.


Somos explotadas tres veces: por ser mujer, indígena y pobre”


Las mujeres indígenas sufren triple discriminación expone Marisol, “somos explotadas tres veces, por ser mujer, indígena y pobre”.

La mayoría de las mujeres siempre viven desigual empezando por nuestra casa, comunidad”.

Enumeran varios obstáculos que tienen: el marido celoso; la idea de que el trabajo de las mujeres es cuidar los hijos, hacer la comida, cuidar los animales y el peligro de violación durante el camino a pie, que es de 2 horas.

El trabajo por el derecho de las mujeres se organizó clandestinamente, con la lucha y el apoyo del EZLN”, dice la Comandanta Hortensia. Con miedo y todo, caminaban solas por la noche, de una comunidad a otra, para promover los derechos indígenas y el reclutamiento de más personas en la lucha.

Antes del EZLN sufrían mucho porque no tenían buenos terrenos para trabajar. A veces pagaban y a veces no. Nuestras abuelitas eran violadas, sólo molían maíz, no tenían hospitales. Los ricos no permitían la entrada a los hospitales de los ricos” recuerda Juana.

Rosaura platica que no había atención médica, morían muchas mujeres en el parto y aborto. “Se mueren en el camino porque tenían que caminar mucho. Al llegar al hospital no los atienden por ser indígenas. A veces los hombres no se preocupaban por nuestra salud. No nos permitían salir a pasear, ni vestir como queríamos.”

Amada, miembro de la Comisión de Vigilancia, describe que “las mujeres estaban como esclavas para los patrones. Las muchachas las tenían maltratadas, sus papás no las podían defender pues los patrones son los mandones. No había cerca agua. Caminaban una hora o media hora cargando su cantarito, más su bebé. Se va otra vez a bañar al río con sus hijitos, lleva cargando sus ropas, sus cobijas, más su bebé encima de las ropas. Tiene que llegar a moler nuevamente para tortear. Si un esposo llega borracho llega a golpear su mujer. En ese tiempo no tenía derecho a hablar pues sólo se ponía a llorar. Y si su niño tenía hambre y no había de comer, le da su tortillita con sal”.

Les decían: “No puedes ir a la escuela porque eres una niña. Las pobres niñitas quedan en su casa cuidando sus hermanitos y si tienen animalitos tienen que ir a pastorear, andan descalzas.”

Mercedes, que es parte del Consejo Municipal de un municipio autónomo rebelde, recuerda “antes no participábamos en ningún cargo. Teníamos que aceptar lo que nuestros padres o hermanos nos dijeran. No es culpa de ellos les han metido malas ideas”.

Con la “Ley Revolucionaria de las Mujeres” del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, impulsada principalmente por la comandanta Ramona, se han visto mejoras. Mónica, responsable regional, narra “ya vimos un poco el cambio en la familia. Ya tenemos libertad de participar en los diferentes cargos. Estamos trabajando en unidad entre hombres y mujeres. Tenemos educación para niñas y niños”. “Hemos logrado espacios donde nosotras podemos decidir, participar y proponer” agrega otra compañera.

Amelia, integrante de la Junta de Buen Gobierno del caracol Morelia, comparte su experiencia “nos han elegido para gobernar y ser gobernados construyendo una forma de hacer política por el pueblo y para el pueblo que busque el desarrollo equitativo de los pueblos”.

Dalia continúa para reconocer que no todo se ha concluido respecto a los derechos de las mujeres. “Todavía hay celos, machismo que nosotras no sabemos hacer nada, así nos dicen”. Y otra compañera destaca: “La comandanta Ramona luchó para que la mujer sea tomada en cuenta y somos frutos. En las comunidades zapatistas estamos haciendo un doble esfuerzo porque la equidad de género sea una realidad. Los hombres deben aceptar y reconocer que se acabará el machismo”.

Marlene también conseja municipal deja claro que “nuestra lucha es de hombre y mujer y poco a poco nos vamos a ir igualando”.

Sandra aclara, no es que los estemos culpando ellos o despreciando, sino que la culpa la tiene el sistema. Lo que quiere la lucha zapatista es que ancianos, hombres, mujeres, niños y niñas nos organicemos. Porque las mujeres no podemos luchar sin los hombres y los hombres no pueden luchar sin las mujeres.


No nos vamos a callar”


Sandra, que es madre y agenta local, con una seguridad y orgullosa de ser activa en la lucha, lanza sus palabras con tanta energía que transmite su fuerza: “¡Ya no nos podrán derrotar! ¡Somos un chingo y seremos más!” Y no se hace esperar su rabia por todo el dolor que les provoca el mal gobierno y empieza a compartir su coraje, su determinación para continuar la lucha a pesar de tener todo: “Sufrimos las agresiones del mal gobierno, sus desalojos, estamos rodeados de helicópteros y paramilitares, siempre andamos en peligro. Quieren callarnos. Pero no nos vamos a callar. Somos muchas madres que vamos a seguir hablando en todas partes del mundo para enseñarle a nuestros hijos que la lucha zapatista es esperanza”.

Diametralmente opuesto a Televisa que pretende inculcar valores con anuncios, a pura palabrería actuada, o poses para cumplir su “máxima” función “social” de medio masivo. Las zapatistas los inculcan a sus hij@s, con el ejemplo. Ellas como madres enseñan con la participación, con sus modos y formas de ser en su vida diaria y, como lo afirma Sandra, “les damos los ejemplos que estamos desempeñando cargos en la lucha. Los educamos para ser mejores luchadores. El primer ejemplo fue el primero de enero de 1994 porque se fueron nuestros compañeros y como mujeres tenemos el valor de empuñar las armas y si es necesario entregar nuestras vidas”.

Les enseñan a cuidar la “madre tierra” y están aprendiendo a que no deben contaminar. “El que tumbe un árbol debe sembrar otro”, “que no haya basura dentro de la comunidad”.


Los niñ@s rebeldes


En la educación autónoma se busca la formación de niños con dignidad rebelde para que el gobierno no los pueda manipular, dicen. Y para que tengan conciencia colectiva, no como en la educación oficial que “les meten en la cabeza el trabajo individual”.

Se conjunta la teoría y la práctica y entre matemáticas o historia, se enseña: “A no robarle dinero al pueblo de México, a no hacer trampa para tener más dinero, a cómo gobernarnos, a no recibir sueldo o dinero en los cargos, hacer el trabajo por conciencia, no para beneficio personal” refiere. Con esto marcan las grandes diferencias entre el “mal gobierno” y el suyo que tiene como principio “mandar obedeciendo”.

En sus comunidades no se recibe ningún pago por sus cargos, algo que es impensable en nuestro carísimo sistema “democrático”.


PRI, PAN Y PRD, los diferentes colores del lobo


Las mujeres ancianas son a las que más les ofrece apoyo el gobierno para causar división, señalan. “Aunque nos quieren comprar conciencias no lo van a lograr, no estamos ciegas, son unas migajas las que les dan a nuestro pueblo”. “PRI, PAN Y PRD disfrazado de diferentes colores y logotipos no quieren que nos organicemos, el mal gobierno nos quiere ver divididos como indígena”.

Pronunciaron con dificultades el español o castilla, como ellos le llaman porque no es su lengua materna. Pero eso no les impidió darse a entender perfectamente en ese idioma.

Varias de ellas apenas hace poco empezaron a leer y a escribir en español. Fue difícil el avance de las mujeres, “muchas no sabemos leer y escribir español, tuvimos que aprender trabajos que no eran sencillos para nosotras”.

Por eso es importante este encuentro, “para seguir más adelante en nuestra lucha y organizarnos junto con hombres y mujeres” agrega.


Sabemos que si se puede hacer lo que queremos”


Sabemos que si se puede hacer lo que queremos con organizar grupos y participar”. Lejos del vocabulario comercial de campañas futboleras de “si se puede” sus palabras tienen congruencia con su quehacer.

Desde 1996 las comunidades no reciben ni un peso del gobierno. Decidieron hacer su propio camino después de que los tres poderes (ejecutivo, judicial y legislativo) ignoraron sus necesidades históricas que ellos las resumen en 11 puntos: trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz.

Con las tierras recuperadas en 1994 siembran sus milpas; tienen varias cooperativas de mujeres, de bordados, panadería, criaderos de pollos, café. Han construido sus microclínicas y casas de salud, 63 escuelas autónomas y constantemente se están capacitando a promotores de educación y salud. Con estos avances dan una muestra de que su lucha tiene frutos, que están en movimiento y no se van a rendir.


Los partidos políticos “sólo cuando hay elecciones acarrean”


Nada de que nos conquistaron como dicen los gobernantes. Sólo cuando hay elecciones los acarrean. Aclaramos a México y el Mundo que nosotros tenemos dignidad. No participamos con ningún partido político. Ellos sólo quieren divertirse con nosotros y vivir lujosos”


Exigimos que el gobierno deje de molestarnos, queremos una paz digna”


Sus conclusiones son contundentes: “La tierra fue recuperada, fue comprada de carne y sangre, nunca se desaparece, cada día brilla con los avances que hemos tenido. No le tenemos miedo a nadie. Nos vale escuchar rumores del mal gobierno, junt@s derrotaremos al mal gobierno, no vamos a permitir que la vida sea como antes del EZLN, exigimos que el gobierno deje de molestarnos, queremos una paz digna. Luchen, organícense porque todos los gobiernos son criminales, asesinos. Así queremos que lleven el mensaje a los que no pudieron venir”, finalizaron.


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